En el municipio de Bruzual se localiza Yaracuy, protegido por las majestuosas montañas de Sorte y Quivayo, donde habita la diosa María Lionza.
Estas 4.000 hectáreas
de montaña cubiertas de bosques vírgenes
fueron declaradas monumento Natural el 18
de marzo de 1960.
El monumento no es más que la misma selva, a
través de la cual se ve gente caminando,
gente con torsos desnudos, gente con collares y pañoletas en la cabeza, gente
fumando tabaco, gente rezando y practicando sus rituales.
Los troncos de los árboles son las columnas de
este inmenso salón de adoración de paredes invisibles, apenas sugeridas con
amarres de cuerdas a manera de parcelas sucesivas.
Los devotos acuden allí con el fin de hacerle
peticiones a María Lionza, las cuales pueden ir desde la cura de enfermedades y
la solución de problemas de amor, hasta la obtención de riqueza o poder y donde
limpiaran sus cuerpos y auras espirituales.
Los creyentes eligen un rincón en el bosque o un
recodo en el río para construir un altar desde donde invocar a la Reina. Usualmente
lo decoran con fotografías, figuras y estatuillas, vasos con ron o aguardiente,
tabacos, flores y frutos.
María Lionza, considerada en el mundo del
espiritismo la reina de las cuarenta legiones, formadas por diez mil espíritus
cada una, es quien preside el altar. Junto a ella se coloca a Guaicaipuro,
cacique que luchó valientemente contra los conquistadores españoles en el valle
de Caracas y líder de la
Corte Indígena ; y a Negro Primero, el único negro con rango de
oficial en el ejército de Bolívar, quien dirige la Corte Negra.
Entrada la noche la selva parece un campo de
batalla en pleno apogeo. Por todas partes irrumpen los fuegos rituales, la
humareda de la pólvora quemada y el fragor interminable de los tambores. Los
cuerpos tirados en el piso, objetos de los “trabajos” espirituales, dan cuenta
de una lucha en pleno curso.
Los cánticos se suceden ininterrumpidos. Al
grito de “que le den, que le den ¡fuerza!” y de los hipnotizantes ritmos del tambor, los mediums o “materias” son
invadidos por los espíritus del pasado.
En el mismo se van nombrando a las distintas cortes
espirituales, siendo ellas el motor de energía para que los médium o materias
entren en trance (transportaciones, elevaciones y/o desdoblamientos),
permitiendo la incorporación de los espíritus en su cajón (cuerpo).
Estás ceremonias (sesiones o embajadas
espirituales) y los tradicionales bailes sobre las llamas ardientes (candela),
que las Entidades realizan, los espíritus de las diferentes cortes espirituales
son los que tienen la primera y la ultima palabra. Los Espíritus cuando llegan a
este plano incorporados por los Espiritista consultan a los presentes y le dan
recomendaciones, sugerencias, los limpian de malestares internos y externos que
estén presentando. La asistencia de los Devotos del espiritismo, a
la Montaña de
Sorte son organizadas por los Espiritistas y sus Ahijados que están en proceso
de desarrollo Espiritual o que ya están desarrollados, los conocidos Bancos que
son, las personas que se encargan de cuidar al Médium (Materia) cuando esta en
Trance y a su ves de identificar y atender a los Espíritus, que los visitan.
El papel del Banco es sumamente importante ya
que el mismo debe aprender a manejar diversos idiomas para que pueda interactuar
con la entidad que se presente y traducirle a los Devotos lo estas expresan a
los presentes.
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