Oh intrépido y genial guerrero
que para tus súbditos eras motivo de regocijo
cuando te comparaban semejante al Aguila Real,
a quien no le había dado Dios
el tiempo para cazar moscas...!
Así tú, a una pequeña idea, la analizabas
le dabas vueltas en tu mente
hasta que aquella pequeña idea la transformabas
en una empresa para beneficio de tu tribu.
Hoy me regocijo yo
al hacerte un llamado a tu excelso espíritu
para rogarte me concedas esta gracia:
(Hacer la petición)
Espero de tu celestial poder,
me concedas esta gracias.
Amén
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