Cuenta una historia que existió una hermosa y valiente reina indígena chaima llamada Urimare, hacia finales del año 1400 D.c.
La misma protegía la hoy llamada Cueva del Guácharo, ubicada en el estado Monagas en Venezuela. Guácharo en idioma chaima es traducido como “el que llora y se lamenta”.
Existía la creencia en aquel entonces que allí habitaban las almas de los muertos, por eso se escuchaban terribles lamentos a los alrededores de la cueva, nadie tenía permitido la entrada pues difícilmente saldrían con vida.
Por ello, Urimare constantemente tenía guardianes que protegían que nadie se acercara a la cueva.
Sin embargo un día ocurrió una terrible desgracia, llegaron unos hombres blancos, cargados con poderosas armas desconocidas hasta ese entonces y penetraron la cueva, esto realmente se convirtió en una catástrofe, al descubrir, que después de varias horas, los hombres salieron vivos y caminando como si nada les hubiera pasado.
De allí que la población chaima y en especial la reina Urimare derramo muchas lagrimas de impotencia y de dolor al asumir que si aquellos hombres habían derrotados a sus ancestros mucho mas rápido lo harían con su pueblo.
Los hechos que elevaron a esta bella princesa de origen Mariche, llamada Urimare, al pedestal de heroína y protagonista de un subjetivo y original relato, pertenecen a la mera leyenda.
Ella fue la única mujer Cacica que existió en Venezuela.